¿Cuánto tiempo hay que esperar antes de apagar un motor diésel?
Suele decirse que más vale prevenir que curar. Aplicado al automóvil, no sólo un buen mantenimiento puede ahorrarte un buen disgusto en forma de avería grave y costosa, sino también evitar algunos hábitos como apagar el motor nada más aparcar. Seguidamente, te decimos cuánto tiempo hay que esperar antes de apagar el motor diésel y te explicamos por qué.
En sus más de cien años de historia, los coches no han parado de evolucionar hasta convertirse en complejas y sofisticadas máquinas equipadas con una gran cantidad de tecnologías para hacerlos más prestacionales y, al mismo tiempo, eficientes, además de confortables.
Y, entre todas esas tecnologías que equipan los automóviles, destaca el turbo, un sistema que, si bien es bastante antiguo, no fue hasta finales de los años 70 cuando empezó a perfeccionarse y generalizarse su uso, motivado por la crisis del petróleo. Ya en los 80 apareció el primer motor turbodiésel, produciendo un cambio de paradigma en Europa.
¿Cuánto tiempo hay que esperar antes de apagar un motor diésel?
Volvemos a lo que decíamos más arriba. Hay algunos casos en los que no podemos apagar el motor al llegar a un destino: básicamente, después de hacer un viaje largo por autopista o carretera. En lugar de apagar el motor, hay que dejarlo unos dos minutos al ralentí. Si no lo haces, a la larga puedes romper el turbo y te arrepentirás el resto de tu vida.
Del mismo modo que hay que esperar a que el motor alcance su temperatura óptima para exigirle y evitar el desgaste prematuro de las piezas, también hay que esperar a que se refrigere antes de apagarlo.
Cuando hacemos un viaje largo a velocidad de autopista, los motores turbo necesitan un tiempo para bajar las altas temperaturas que se alcanzan durante ese tiempo. Más que el motor, el turbo.
A esa carga de trabajo, el turbocompresor gana mucha temperatura y si no le das algo de tiempo para que refrigere corres el riesgo de que los rodamientos sufran y acabe desembocando en una costosa avería.
Además, si al llegar a tu destino, aparcas y apagas el motor inmediatamente, la turbina del turbo seguirá girando sin recibir la lubricación adecuada. Si esto se repite constantemente, terminará estropeándose y estamos hablando de una avería muy seria de varios miles de euros.
Por tanto, cuando llegues a tu destino después de un largo viaje, ya sea de vacaciones o por el motivo que sea, al aparcar tu coche no apagues el motor. Déjalo al ralentí durante, aproximadamente, unos dos minutos para que el aceite lubrique el turbo y el resto de piezas y disminuya la temperatura.
¿Y si paro en una gasolinera en mitad de un viaje?
Nos queda claro que, después de hacer un viaje largo, no hay que apagar el motor nada más aparcar, sino dejarlo al ralentí un par de minutos. Pero, en realidad, el problema no está tanto en llegar al destino, porque, difícilmente, alguien vaya de un punto A a un punto B sin sufrir algún tipo de retención por el camino, por ejemplo, semáforos en la entrada al nuevo destino.
Cuando llegamos a otra ciudad, al pueblo, a la playa o al sitio que sea ese punto B, antes habremos parado en algún semáforo o habremos encontrado algún tipo de retención. Ya en esos momentos, el turbo empieza a enfriarse, así que, cuando llegues por fin a tu destino, no es necesario tener tanto tiempo el motor al ralentí. Bastará con un minuto, más o menos.
El problema está cuando vas de viaje por una autovía y paras en un área de servicio para descansar, comer o repostar gasolina. En este caso sí es más importante respetar esos dos minutos al ralentí y es cuando más se olvida la gente de hacerlo.
Álvaro Escobar