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La Comisión Europea quiere obligar a la banca a ofrecer transferencias de diez segundos

La medida pretende mejorar la competitividad de las empresas y aumentar la velocidad a la que los consumidores pueden pagar facturas o realizar pagos urgentes en euros

Solo un 11% de las transferencias que se realizan en la UE son instantáneas

Solo un 11% de las transferencias que se realizan en la UE son instantáneas

Si bien las transferencias inmediatas han ganado terreno en los últimos años gracias a aplicaciones como Bizum, nueve de cada diez de las que se procesas hoy en día en la Unión Europea son convencionales, por lo que sus destinatarios tardan horas e, incluso, días en recibirlas. Para dar un vuelco a estas cifras, la Comisión Europea ha lanzado hoy una propuesta legislativa para obligar a la banca a ofrecer pagos en euros que lleguen a su destino en tan solo diez segundos.

Además, Bruselas reclama a las entidades financieras que las transferencias inmediatas puedan realizarse también los días festivos y en horario no comercial. La comisión defiende que este servicio, que la banca debería ofrecer a un precio “asequible”, sería “mucho más rápido” en comparación con las transferencias tradicionales, que en ocasiones llegan a demorarse hasta tres días desde que se efectúa la orden de pago.

Un cambio «sísmico» comparable a la llegada del correo electrónico, según la comisaria de Servicios Financieros

“No hay razones para que los ciudadanos y las empresas de la Unión Europea no puedan enviar y recibir dinero inmediatamente, la tecnología que permite pagos instantáneos existe desde el 2017, ha comentado hoy la comisaria de Servicios Financieros, Mairead McGuinness, que considera que pasar a transferencias de diez segundos es un cambio “sísmico” comparable a la llegada del correo electrónico. «El dinero debería poder cambiar de manos rápidamente, con un click», ha añadido.

También ha detallado que si Bruselas se plantea legislar sobre esta materia es porque la evolución no se ha producido de manera natural. En este sentido, se estima que en manos del mercado la transición hacia los pagos instantáneos podría llevar una década. De hecho, en un tercio de los países de la Unión ni siquiera existe esta posibilidad.

La Comisión Europea considera que la medida ayudará a que las empresas ganen competitividad, ya que mejoraría “significativamente” su flujo de caja y supone una reducción de costes. “La propuesta de hoy fortalecerá nuestra economía, la hará más eficiente y la ayudará a crecer”, ha añadido Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la institución.

Usuarias de banca utilizando cajeros automáticos de una sucursal

Usuarias de banca utilizando cajeros automáticos de una sucursal

El proyecto de reglamento abandona el enfoque voluntario que existe ahora respecto a las transferencias inmediatas y modificaría la normativa sobre la Zona Única de Pagos en Euros (SEPA), del 2012. Además, se añaden una serie de modificaciones con el objetivo de eliminar los principales obstáculos para el desarrollo de este tipo de sistemas de pago, como el elevado precio que los consumidores a menudo deben asumir si quieren utilizar el servicio. Y por eso, el borrador legislativo introduce la obligación de que las transferencias instantáneas no puedan tener un precio más elevado que el de una transferencia corriente. En este sentido, se han llegado a cobrar hasta 30 euros por una transferencia instantánea.

¿Cuánto tarda una transferencia bancaría?

En segundo lugar, la Comisión quiere salvar las reticencias de los consumidores sobre la seguridad de las transferencias obligando a los bancos a verificar el número de cuenta (IBAN) y el nombre del beneficiario de la misma para avisar al pagador de posibles errores o intentos de fraude antes de efectuar el pago.

El último freno que pretende salvar el borrador legislativo son las dificultades a las que se enfrentan los bancos para permitir este tipo de transferencias y a la vez cumplir con las normas que les obligan a comprobar que la cuenta que recibe el dinero no está a nombre de una persona sancionada por la UE. Para acabar con este obstáculo, la propuesta de Bruselas suprimiría la exigencia que tienen las entidades de supervisar cada una de las transferencias a cambio de actualizar «al menos a diario» sus registros de personas sancionadas por el bloque.

El proyecto de reglamento entraría en vigor una vez que sea negociado y adoptado por los Estados miembros y el Parlamento Europeo, aunque con plazos distintos para los países de la eurozona y los que no tienen la moneda común, que dispondrían de dos años más.

La Vanguardia