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El curioso motivo por el que cada vez más gente empieza a comprar los ‘viejos’ Ford Fiesta

Este mes de julio ha cesado la producción del Ford Fiesta tras 47 años. Y desde su desaparición se ha multiplicado la ‘fiebre’ por tener las versiones clásicas, sobre todo las más deportivas.

El otoño pasado anunciábamos el fin de la trayectoria del Ford Fiesta, un modelo del que ha habido siete generaciones y que ha vendido más de 20 millones de unidades durante sus 47 años de vida.

hora que el coche ya no se fabrica (el 7 de julio salió la última unidad de la planta que Ford tiene en Colonia, Alemania), el mercado de segunda mano de este coche está experimentando un cambio que puede situarlo como uno de los coches clásicos populares más entrañables y añorados de Europa. Casi (o sin casi) en un coche de culto, y no precisamente porque en su famosa canción lo mencionaran los Hombres G.

Ford.

Así, para algunos conductores podría acercarse al encanto que despiertan modelos como el Mini clásico, el Fiat 500 o el Volkswagen Golf Mk1. Y decimos acercarse porque equipararse a ellos en el atractivo que hoy día despiertan estos modelos resultaría muy difícil.

Un 206% más de búsquedas

De momento este cambio ya lo han notado de forma evidente en Reino Unido, donde la afición por los vehículos clásicos y por el automovilismo en general es mayor que en España. Según Car&Classic, el portal de coches clásicos más grande de Europa, las búsquedas de Ford Fiesta han crecido allí un 206% desde el 7 de julio (no desde el anuncio del fin de su fabricación). Y respecto a las versiones deportivas, la búsqueda de Fiesta XR2 ha subido un 107%, mientras que las del RS Turbo se han elevado un 52,1%.

Eso sí, no vale todo para los nostálgicos que quieren pasearse con un Fiesta en condiciones, y sobre todo se buscan unidades con poco kilometraje, buen aspecto estético y, a ser posible, con un historial de facturas que demuestre que se encuentran en perfecto estado.

Car&Classic.

Según Dale Vinten, director editorial de dicha web, este incremento «muestra cómo el final de la línea para un modelo muy querido puede no significar necesariamente el final de su presencia en las carreteras. La comunidad de coches clásicos se asegurará de que veamos Fiestas conducidos durante muchos años en el futuro».

Simpatía y fiabilidad

El Ford Fiesta llegó en un momento en el que el Renault 5 y el más veterano Seat 127 trataban de ofrecer una opción de tamaño razonable, aspecto desenfadado y bajo consumo. Y se ganó la aceptación con su imagen acertada y su simpático nombre en español (desde el principio se construyó en Almussafes), pero sobre todo fue la extraordinaria fiabilidad mecánica la que desde los comienzos le hizo ganarse muchos adeptos.

Aquella primera generación se fabricó hasta 1983, en principio con motores de 1,1 y 1,3 litros, pero más tarde con un 1.3 e incluso con un 1.6 de 84 CV bautizado como XR2.

Fiesta de primera generación.
Fiesta de primera generación. Ford.

La segunda generación llegó en 1983 y se vendió hasta 1989, pero se trataba en realidad de un rediseño sobre el modelo original cuya aerodinámica mejorada nunca cosechó el mismo número de adeptos. Con todo, sí que resultaba muy atractiva la nueva versión XR2, esta vez con un motor que había visto elevada su potencia hasta los 96 CV.

Llegó la versión RS Turbo

La tercera generación supuso en 1989 un cambio completo. Había versiones desde 1,0 litros, pero el protagonista en un principio fue el XR2i, ya con 110 CV, y más tarde el RS Turbo de 133 CV que venía con asientos Recaro y unas irresistibles branquias en el capó al estilo de las que después luciría el Escort Cosworth.

Pero, como le sucedió al modelo de primera generación, el rediseño que estrenó en 1995 lo hizo mucho menos agraciado, y desde luego menos deportivo. Fue un bajón para algunos amantes del modelo que además tuvieron que ver cómo dejaban de ofrecerse las versiones RS Turbo y XR2i, por lo que quien quería un Fiesta enérgico tenía que decantarse por una versión 1.6 16v sin detalles estéticos deportivos que se quedaba en 101 CV. De hecho, este Fiesta renovado tuvo que renovarse de nuevo en 1999, esta vez con un frontal bastante más atractivo.

Fiesta RS Turbo de tercera generación.
Fiesta RS Turbo de tercera generación. Ford.

Con la sexta generación (2002-2008) llegaron el ABS, las aplicaciones de piel en el interior y las prestaciones de nuevo disparadas gracias a una versión 2.0 de 150 CV a la que se denominó ST, capaz de rodar a 208 km/h y pasar de 0 a 100 en 7,4 segundos.

El último fabricado en Almussafes

La versión nacida en 2008 sería la última que se fabricaría en Almussafes, de donde salió la última unidad el 8 de junio de 2012. La potencia se estiró hasta los 197 CV en la versión ST, esta vez animado por un motor 1.6, pero fue también esta la generación en la que llegaron los motores EcoBoost, con potencias que arrancaban en 125 CV y cilindradas que partían del litro de cubicaje.

Y en 2017 llegaría la última generación, con motores de 100 a 200 CV y manteniendo la oferta de la carrocería de tres puertas solo para la versión más potente, que mantendría hasta el final la denominación ST.

Última versión del Fiesta ST.
Última versión del Fiesta ST.Ford.

Será esta última versión, junto con las XR2 y RS Turbo, la que busquen los coleccionistas en el futuro.