Ésta es la velocidad a la que es imposible salvarse en un atropello de coche
Verse envuelto en un atropello siendo el peatón que recibe el impacto implica, como mínimo, dolores y heridas leves, pero puede llegar hasta a suponer la muerte del afectado. Lo que marca la diferencia entre unas y otras consecuencias (además de un factor como es la suerte) es la velocidad a la que circulase el vehículo que produce el atropello.
La velocidad incide directamente en la fuerza del golpe que experimenta la víctima y, por ende, en la gravedad de las lesiones que experimenta.
Según la Dirección General de Tráfico hay una a la que es imposible salvarse de la muerte, los 80 km/h, como ha compartido en su cuenta de Twitter:
Así, la DGT pone en esos 80 km/h la velocidad termina a la que un usuario vulnerable de la vía, ya sea un peatón o un ciclista es casi imposible que se salve en caso de atropello. Sorprende que bajar hasta los 50 km/h no tenga un mayor impacto ante las posibilidades se sobrevivir de éstos, pues el riesgo de muerte seguiría siendo del 90%.
En cambio, reduciendo la velocidad del impacto a 30 km/h, las tornas cambiarían de manera radical y las posibilidades de fallecer en un atropello disminuirían hasta solo el 10%.
Este fue uno de los argumentos que se esgrimió desde los organismos públicos para establecer, desde el 11 de mayo del pasado año, los 30 km/h como límite máximo permitido en ciudad para aquellas calles que solo tienen un carril de circulación por sentido.
Todavía más estricta es la normativa actual en vías en las que coches y peatones compartan la misma plataforma (es decir, en las que no haya acera), puesto que solo está permitido circular a 20 km/h.
Las únicas en las que es posible alcanzar los 50 km/h es en aquellas en las que hay dos o más carriles por sentido.
Mario Herráez