Seguramente recordarás cómo antiguamente las calles estaban pobladas de coches blancos en su mayoría. La mayoría de la gente quería coches blancos por ser más baratos y disimular mejor la suciedad. Luego llegaron los colores, cada vez más extravagantes. Pero ahora Europa quiere que compremos coches blancos por una razón ECO.

Como en todo, también en los colores de la carrocería hay modas que van cambiando con el paso de los años. Sin embargo, los coches blancos siguen siendo los más vendidos: el 39% de los vehículos nuevos que se matriculan tienen este color.

El blanco es un color bastante agradecido. Aparte de que suele venir de serie o tener coste cero en el catálogo de opciones, requiere menos mantenimiento y disimula mejor la suciedad.

Pero ahora, desde Europa, comienzan a llegar voces que animan a utilizar coches blancos con una finalidad que nada tiene que ver con lo anterior: para reducir la temperatura en el interior y consumir menos aire acondicionado.

Europa quiere que compremos coches blancos por una razón ECO

Europa quiere que compremos coches blancos

En concreto, la idea se está discutiendo en la Asamblea Nacional francesa. Exactamente, se trata de una propuesta que hace referencia al uso del color blanco en el techo de los coches, lo cual, según dicen algunos grupos parlamentarios, permitiría reducir la temperatura en el interior y, por tanto, usar menos el aire acondicionado, lo que implicaría un ahorro.

Por tanto, no se habla de coches blancos completamente, sino solamente el techo, lo que llevaría a acabados con doble tonalidad, algo que, por otra parte, hace muchos años que esta de moda, pero con fines meramente decorativos.

El problema de aplicar esta propuesta (si acabara aprobándose) es que los coches serían más caros, ya que no es lo mismo una carrocería de un solo tono que bicolor.

Nada original

Europa quiere que compremos coches blancos

Pero esta medida que se está discutiendo en el parlamento francés no es nada original, ya que, desde tiempos inmemoriales, el blanco se utiliza para minimizar el calor exterior, como ocurría en la cultura árabe hace siglos.

También en la arquitectura moderna se utiliza el color blanco para reducir la temperatura en, aproximadamente, tres grados, en los edificios que cumplen con determinados criterios cromáticos.

Álvaro Escobar