2022 no es un año cualquier para Jaguar. Aunque no atraviesa su mejor momento, el fabricante británico cumple nada menos que un siglo de vida. Así que es un buen momento para descubrir el curioso origen de Jaguar, una de las leyendas del automóvil que nadie o muy pocos conocen.
Cuando se indaga sobre el origen de una marca automovilística, se descubren cosas sorprendentes. A veces, se piensa que una marca ha fabricado coches desde su fundación, pero el conjunto de compañías que componen el espectro automovilístico está lleno de ejemplos que empezaron en sectores completamente diferentes.
Ahí están los casos de BMW, que empezó produciendo motores de avión, o Skoda, que fabricaba bicicletas al principio. Lo mismo ocurre con Jaguar, que inició su existencia fabricando sidecars.
Habrá que esperar hasta el final de la Segunda Guerra Mundial para encontrar la denominación de la compañía como Jaguar. A partir de entonces, la marca británica empezaría a ganar prestigio y consolidarse como fabricante de automóviles de lujo.
El curioso origen de Jaguar, de sidecars a coches de lujo
El curioso origen de Jaguar se remonta a 1922, exactamente un siglo atrás. Eran tiempos difíciles que una Gran Bretaña de posguerra que intentaba reparar los daños sufridos por la Primera Guerra Mundial, a la vez que afrontaba graves problemas internos de carácter político, económico y social, como el conflicto con la República de Irlanda.
La compañía fue fundada por William Lyons en Blackpool, bajo el nombre de Swallow Sidecar Company, y estaba especializada en la fabricación de sidecars para motocicletas. Sin embargo, cinco años después, en 1927, empezó a fabricar las primeras carrocerías para automóviles. Luego, la marca se estableció en Coventry.
En 1931 produjo su primer vehículo, el legendario SS1, que supuso el germen de lo que luego será el primer Jaguar. En aquellos momentos, la compañía estaba conociendo un gran crecimiento, así que buscó un nuevo nombre que definiera mejor la filosofía de la marca. Ese nuevo nombre llegó en 1935: Jaguar.
Así, Swallow, un simple fabricante de sidecars, empezó a transformarse en una de las marcas de coches más importantes del mundo, caracterizada por ser una de las pocas empresas que fabrican vehículos en aluminio, con acabados de lujo como el cuero y la madera, y convirtiéndose, además, en un referente en coches deportivos.
Pero la evolución de Jaguar quedó interrumpida durante la Segunda Guerra Mundial. Como ocurrió con muchas otras empresas, la compañía de Coventry tuvo que abandonar la producción de automóviles para dedicarse a la causa bélica, produciendo sidecars para motocicletas militares, aunque durante esa época también se adentra en el diseño de aviones y en las técnicas de producción.
Época dorada
Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial en 1945, la marca retomó su actividad original y, en 1948, presentó uno de sus modelos más importantes, el Jaguar XK120, un precioso y elegante deportivo presentado en el Salón de Londres de aquel año, que con un motor de 160 CV que lo convirtió en el coche más rápido del mundo en 1949, registrando 132,6 mph (213,39 km/h).
El XK120 convirtió a Jaguar en un referente en la deportividad, en una época en la que competía con marcas como Alfa Romeo, Bugatti y Aston Martin. Todavía quedaba tiempo para que otros fabricantes, como Ferrari o Porsche, irrumpieran en la arena automovilística.
La década de los 50 marcó un momento importante para Jaguar. Tras un viaje a Le Mans en 1950, Lyons se convenció de que tenía que fabricar un coche de competición para disputar la carrera de resistencia francesa y se dio cuenta de que puede aprovechar el tirón de la carrera para convertir Jaguar en una marca deportiva.
De esa manera nació el XK120C, más conocido como C-Type. Con este coche, Jaguar debutó en las 24 Horas de Le Mans y lo hizo con victoria, de la mano de los pilotos Peter Walker y Peter Whitehead. Este triunfo en una de las pruebas más importantes del mundo catapultó a la marca de Coventry a la fama mundial.
En 1953, se produjo uno de los avances más importantes en el sector. Jaguar trabajó junto con ingenieros de Dunlop para desarrollar el freno de disco, que fue su arma secreta en las 24 Horas de Le Mans de aquel año.
Con este sistema, el coche podía frenar más tarde que sus rivales. Este nuevo sistema de frenos permitió al Jaguar C-Type terminar primero, segundo y cuarto en la carrera francesa de 1953.
En 1955, el C-Type fue sustituido por el D-Type, una máquina de carreras diseñada por William Heynes específicamente para ganar las 24 Horas de Le Mans, cosa que consiguió tres años consecutivos, desde 1955 a 1957.
Compartía el motor de seis cilindros en línea y muchos componentes mecánicos del C-Type, pero estaba construido sobre una novedosa estructura monocasco, incluía tecnologías procedentes de la aviación y una aerodinámica muy trabajada.
Los años 60 y el Jaguar E-Type
En los 60, Jaguar ya era una marca prestigiosa, cuyo potencial había quedado demostrado en la pista. Sin embargo, a nivel comercial, la marca británica necesitaba dar un nuevo salto, crear un nuevo modelo que repitiera el efecto del XK120 en 1948.
Ese nuevo modelo fue el Jaguar E-Type, un precioso y elegante deportivo que se convertiría en un icono de la automoción y en uno de los automóviles más deseados de todos los tiempos. Un coche que el mismo Enzo Ferrari bautizó como “el coche más bonito jamás fabricado”.
El diseño del E-Type se considera como una obra maestra del automovilismo. En 2004, la revista Sports Car International lo ubicó en el primer puesto de su lista de los mejores coches deportivos de la década de 1960 y, 2008, el Daily Telegraph hizo lo mismo en su lista de los ‘100 coches más hermosos’ de todos los tiempos.
Además de su diseño, el E-Type era importante por su mecánica. Tenía un motor de seis cilindros en línea de 3.8 litros que producía 269 CV y 384 Nm de par máximo. Sin embargo, en los años sucesivos llegó a aumentar el cubicaje del motor hasta los 4.2 litros y montar un V12 de 5.3 litros con 276 CV y 412 Nm de par en la Serie 3.
La potencia se mandaba al eje trasero a través de una caja de cambios manual de cuatro velocidades o mediante una automática de tres. era capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 241 km/h. Cifras más que respetables para los estándares de la época.
Durante los años que se mantuvo en producción, hasta 1975, e fabricaron casi 80.000 unidades del E-Type, entre las Series 1, 2 y 3, el 60% de los cuales fueron exportadas a Estados Unidos.
En la década de los 60 se produjo también el ingreso de la compañía en la British Motor Corporation, un conglomerado británico surgido en 1952 gracias a la fusión de Morris Motor Company y Austin Motor Company.
El acuerdo se realizó a través del intercambio de acciones por las de la nueva sociedad, lo que facilitó unas buenas cifras de producción y ventas en ambas empresas. Sin embargo, en los acuerdos se fijaron una serie de términos por los cuales no desaparecerían las diferentes marcas ni sus subsidiarias y cada una conservaría su identidad productos propios.
Una nueva era
Los años 70 marcan el principio de una nueva era en Jaguar. En 1968 había nacido la serie XJ, obra de William Lyons, uno de los modelos más emblemáticos de la marca, que ha llegado a nuestros días.
Pero unos años más tarde, en 1972, Lyons se retiró a sus 71 años de edad. Fue sustituido Lofty England, quien continuó con la filosofía de innovación y desarrollo de la marca y, en 1975, lanzó el XJ-S, un sport coupé y descapotable que revolucionó el diseño y el concepto de coches de alta gama.
El segundo punto importante llegó en los 80, cuando John Egan fue elegido presidente y director general de la marca y la demanda de sus vehículos aumentó, sobre todo en los Estados Unidos.
Mientras continuaba fabricando modelos de calidad y seguía participando en diferentes competiciones, Jaguar se separó de la British Motor Company para empezar una breve etapa como marca independiente en 1984. Esto le permitió entra en la bolsa de valores.
Sin embargo, la compañía no fue capaz de sobrevivir por mucho tiempo y, en 1989, fue vendida a Ford. Esta época coincidió con dos importantes victorias en Le Mans: en 1988, con el XJR-9LM y, en 1990, con el XJR-12 en 1990.
Durante los años 90, Jaguar llevó a cabo un programa de modernización y expansión que culminó con la creación de los XK8 y XKR, además del lanzamiento del S-Type. Esto aseguraba la entrada de la compañía en el nuevo milenio batiendo récords de manufactura y distribución de un gran número de modelos, y con la gama más amplia de productos en su historia.
Tata se hace con Jaguar
Un nuevo movimiento importante en Jaguar llegó el 25 de marzo de 2008, cuando Ford vendió el fabricante británico (ahora junto a Land Rover) al grupo indio Tata Motors, por unos 2.300 millones de dólares.
A partir de entonces, Jaguar dio un giro radical en su gama de productos, con una serie de modelos que se alejaban de la imagen clásica de la marca, como los XE, XF y, sobre todo, la nueva generación del XJ, que rompía radicalmente con las anteriores.
Más tarde, como el resto de fabricantes, Jaguar entró en el segmento de los SUV y, actualmente, concentran la mayoría de las ventas de la marca.
Sin embargo, en estos momentos, Jaguar atraviesa por un periodo delicado, con números de ventas cada vez más bajo y una gama de productos algo desfasada, en comparación con sus principales competidores. Todo apunte a que el futuro de la firma británica pasa por la electrificación.
Un siglo después, esta marca fundada para construir sidecars es uno de los fabricantes de automóviles con más solera y pedigrí. Una marca con un importante legado en la competición y que ha producido algunos de los coches más bonitos de toda la historia del automóvil.
Álvaro Escobar