La presencia de socavones y de señales deterioradas en las carreteras es una queja recurrente de los conductores y, a veces, también la causa de accidentes.
Quien haya conducido alguna vez sabe bien que parte del arte que tiene ponerse al volante consiste en adecuar la velocidad del vehículo al estado de la vía y las condiciones meteorológicas y ambientales. Además del sentido común, lo exige el código de circulación y conviene tenerlo más presente si cabe a la vista del estado de conservación del pavimento en algunos tramos.
En su último estudio, la Asociación Española de la Carretera (AEC) aconseja reducir el límite de velocidad entre 10 y 20 km/h en 6.800 kilómetros de vías diseminadas por toda España debido a los desperfectos que presenta el asfalto.
En concreto, “baches, grietas o deterioro estructural, roderas, hundimientos, etc.”, según enumera Elena de la Peña, subdirectora general técnica de la AEC. “Desde 2009 se inicia el descenso de las inversiones en conservación” y “cae en picado el estado del firme”, describe. “Respecto al futuro no somos demasiado optimistas porque sabemos que en estos años las prioridades del país han sido otras”, añade.
Y aunque la situación del pavimento es el que más preocupa a la AEC, entre los factores que facilitan (o no) la tarea de conducir con seguridad están también las marcas viales y señales: blancas, amarillas, circulares, hexagonales, pero también deterioradas, decoloradas y hasta caducadas. De nuevo según los cálculos de la AEC, habría que renovar unas 370.000 señales en toda España, de las que alrededor de 250.000 llevan instaladas al menos siete años. Esto implica que por la noche “su visibilidad no está garantizada” por el fabricante en lo que se refiere a la lámina retrorreflectante.
“Si pierde la capacidad de reflejar la luz, la señal se queda apagada”, confirma Marisa Gimeno responsable técnica de Afasemetra, la asociación que agrupa a los fabricantes de señales metálicas. En su opinión, las señales que habrían caducado y podrían haber perdido la cualidad de rebotar la luz de los faros serían muchas más “si comparamos las que se reponían hace 10 años”.
Cuando la carretera es la causa
El Ministerio de Fomento señala que la tipología de accidentes con víctimas en los que “el estado o condición de la infraestructura aparece como factor concurrente principal es inferior al 1%”. En concreto y con datos actualizados hasta 2017 (los últimos disponibles), se produjeron 87 sobre un total de 12.026, en los que hubo 3 fallecidos de un total de 405; en ambos casos supusieron el 0,7%.
Estos datos se refieren solo a la Red de Carreteras del Estado, única sobre la que el Ministerio tiene competencia y que equivale al 16% de la red viaria, aunque es el trazado que soporta algo más de la mitad de todo el tráfico interurbano. Desde Fomento se aporta otro dato: “El total de los fallecidos se produjeron en tramos en obras”.
Fernando Minaya, asesor de infraestructuras, movilidad y seguridad vial de la Fundación Española para la Seguridad Vial (Fesvial), considera que “la homogeneidad y claridad en el mensaje que envía al usuario la señalización horizontal y vertical, junto al diseño de la vía, puede llegar a ser un factor concurrente en los accidentes de tráfico”. Además, la relación entre estos elementos puede sufrir cambios con el paso del tiempo y por las condiciones climatológicas y de mantenimiento. “Por eso es importante la inspección, mantenimiento y adecuación de algunos proyectos de señalización realizados hace bastantes años e incluso de algunos más modernos que no han tenido en cuenta factores que pueden estar presentes en los accidentes viales”, señala.
Pone como ejemplo el último tramo de la A-8 en Galicia, que discurre por los municipios de Mondoñedo y Abadín en el Alto de O Fiouco, a la vista de la accidentalidad registrada y la repercusión de fenómenos climatológicos. “En este proyecto se realizó una modificación de trazado en el año 2014 y no se consideró adecuadamente la falta de visibilidad a causa de la niebla. Desde esa fecha se están realizando pruebas para intentar encontrar una solución novedosa de señalización”, explica. Otro factor que debe vigilarse es el de la vegetación, ya que conforme crece puede dificultar la visión de las señales verticales.
¿Quién es el responsable?
Diversas encuestas como las realizadas por Fesvial muestran que los conductores echan en falta más indicaciones en determinados tramos o consideran confusa la que existe, circunstancia que les ha llevado, en ocasiones, a realizar maniobras bruscas e incluso a sufrir un accidente.
En estos casos, el abogado de ARAG, Jordi Marí, especialista en seguridad vial, recuerda que las señales “deben ser visibles, legibles y estar en buen estado” y deben serlo “en cualquier período del día y bajo toda condición climática”.
“En caso de que se interponga una multa o se sufra un accidente y consideremos que la señalización no es correcta o pueda haber señales contradictorias, conviene hacer unas fotografías del entorno para poder acreditarlo en el supuesto de querer recurrir la sanción y, en caso de accidente, incluso llamar a la policía para que levante atestado sobre el accidente y sus circunstancias”, aconseja Marí.
Y si el conductor se topa con un bache o socavón sin señalizar, “podría haber responsabilidad de la Administración por falta de conservación o señalización de la vía”. Evidentemente, será necesario demostrar que alguna de esas circunstancias han contribuido al accidente. “Conviene para ello no abandonar el lugar de los hechos hasta que haya llegado la policía o contar con testigos que puedan acreditar que fue por ese motivo y no pudo ser por ningún otro”, abunda.
Cuando se realizan obras en la calzada, la responsabilidad de instalar los avisos temporales que pueden reducir la velocidad máxima permitida, así como otras normas de circulación, “corresponde al promotor de la obra, que puede coincidir o no con la administración titular de la vía en la que se desarrolla. El promotor tiene la responsabilidad de cumplir la normativa vigente y el titular de la vía el deber de observancia para que se cumpla la misma”, confirman fuentes de Fomento.
Denuncia ciudadana
Más vale prevenir, una vez más, e incluso puede y debe hacerse. La Fundación Comisariado Europeo del Automóvil (CEA) considera que denunciar el mal estado de las carreteras es “una obligación ciudadana”. Desde hace algo más de tres años, CEA recoge las denuncias de los usuarios en su página web y las traslada a la administración responsable de la vía para pedirle que subsane las deficiencias o mejore la señalización. Se pueden enviar tanto fotos como vídeos. De los casi 300 escritos presentados, la mayoría relacionados con el estado del firme, el 20% ha sido atendido.
Oscar Bordona